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Mirando al 2008

viernes, 1 de diciembre de 2006

Por Alfredo Mason
Docente UCALP (San Martín)

Existen ciertos pronósticos que sostienen que el 2008 será un año complicado para Argentina, tomando en cuenta no solo variantes económicas sino también políticas.

El gobierno de Néstor Kirchner en estos 3 años ha logrado superávit fiscal y superávit de cuenta corriente. A partir de allí, podría afirmarse que estarían dadas las condiciones para un crecimiento sostenido de Argentina en el largo plazo en una economía mundial en expansión. Y que, si bien se reconoce que en este gobierno y con este sistema no hay ninguna seguridad jurídica y hay un intervencionismo creciente del estado y una notoria arbitrariedad en la acción de gobierno, se sostiene que, dada la estabilidad lograda mediante el superávit fiscal y el de cuenta corriente en una economía mundial en expansión, Argentina saldría del ciclo de expansión-crisis. Como la Argentina hace 3 años que crece al 9% anual y las previsiones para este año, el cuarto, es que crezca entre 7 y 9, sería el cuarto año consecutivo de esa expansión.

Pero... No hay inversión, particularmente extranjera en Argentina, excepto por la compra de un conjunto de empresas nacionales importantes de la Argentina como Pérez Companc, Loma Negra, Frigorífico Swift o Cervecería Quilmes, que han sido traspasados a capitales brasileños. A eso hay que sumarle que una Cooperativa como SanCor pasa a ser socia de George Soros en una nueva empresa láctea, muestra del «gatopardismo financiero», pues en realidad gran parte del dinero que aportaría el financista concurre a cubrir las deudas de la Cooperativa. El segundo elemento, es la inversión en construcción suntuaria –especialmente en Buenos Aires- y a donde se dirigen una porción de las inversiones que vienen del extranjero –en su mayoría de origen argentino y que son parte de la masa de 150.000 millones de dólares que se fugaron desde 1976 en adelante- o «plata del colchón», o sea, blanqueo de capitales.

Por último encontramos a la estrella de este “modelo económico” definido como “capitalismo nacional” –y que Jorge Asís denomina de acumulación prebendaria- y no es otra que la reaparición, en las condiciones del siglo XXI, de la vieja y conocida “Patria Contratista”.

Sin inversión nacional o extranjera genuina y productiva, aparece también otro inconveniente: en los últimos 50 años de la historia argentina, cada 5 ó 7 años hay una crisis fiscal, monetaria, de consecuencias económicas, de raíz política. Tiene que ver con la falta de decisión –por eso política- de desarrollar algunas áreas productivas industriales, o dicho más simplemente, elegir el campo donde Argentina tenga ventajas competitivas y fabricar eso para todo el mundo. ¿Por qué? Porque el precio de los productos que exportamos crece a un ritmo menor que el de los insumos industriales que importamos, por lo tanto, cuando se va expandiendo el mercado y crece la producción industrial debemos utilizar más divisas para comprar más insumos. Esto hace que en determinado momento disminuyan las divisas, con lo cual se incrementa la deuda externa o producimos una retracción del mercado generando inflación alta y sueldos bajos.

Pero esto no es una especulación. La ministra de Economía informa que entre julio del 2005 y julio del 2006 hubo un descenso del superávit (diferencia entre lo que importa y se exporta) del 25% y que se traduce en algo más de 6000 millones dólares. Y fuera de las promesas –que como amores de estudiantes, flores de un día son- las exportaciones aumentan el 6% mientras que las importaciones por la expansión del mercado interno aumentan el 21%. Si como nuestros abuelos, llamamos al pan, pan y al vino, vino debemos concluir que se nos va acabando la plata para comprar lo que necesitamos si mantenemos la expansión del mercado.

Pero esto es la «macro». Si la gente está bien, el país marcha por donde corresponde, veamos entonces que nos dice la microeconomía: 1) El grado de concentración de la riqueza ha crecido y así como en 1975 la diferencia entre los más ricos y los más pobres era de 12 veces; en 1999 la diferencia se había duplicado, en 2006 es de 30 veces; 2) eso significa que, con o sin «derrame», cada vez se distribuye menos, por lo que aun cuando se consigan aumentos salariales solo sirven para consolidar la pobreza, 3)aunque el señor Moreno se ponga feroz, la inflación continua en aumento, lo cual hace que la algarabía de los indicadores contraste con las góndolas de los supermercados.

Cuando en diciembre de 2001 estábamos entrando al pozo, del promedio de lo que ganaba un trabajador industrial por mes, hacía falta 16 minutos para comprar un kilo de pan; para comprar un kilo de bifes anchos debería trabajar 52 minutos; un par de zapatillas de primeras marcas requería de 17 horas y un jean 19 horas. Hoy, habrá que trabajar 24 minutos para comprar un kilo de pan, 8 horas y 9 minutos para comprar un kilo de bifes, las zapatillas ya requieren 25 horas y el jean 26 horas. No andamos mejor.

En junio de 2006, la tasa de desempleo es del 11.4%, pero en el Gran Rosario es del 14.6%, en el GBA 13.6%, en el Gran Tucumán 13.4% y en el Gran La Plata 12.2%, y en números absolutos, entre la Capital Federal y el GBA se concentran el mayor índice de desocupados. La otra parte de la pobreza está representada por hogares en donde aun teniendo trabajo (lo tiene el 80% de los hogares pobres) son trabajos «en negro» o con niveles salariales que no permiten salir de esa condición social. Estamos hablando de 13 millones de personas que no tienen un ingreso por hogar mayor a $531.

En caso de confirmarse estas primeras proyecciones, el costo de vida entre enero y octubre es del 8%, pero si se toma los rubros alimentos, bebidas e indumentaria la cifra es mayor.

Respecto de los salarios va subiendo un rumor –cada vez más fuerte- respecto a la necesidad de reclamos de subas salariales por sobre el 10% -cálculo de la inflación oficial para 2006- y aunque Hugo Moyano sea un aliado del Presidente, se encuentra en minoría dentro de la CGT. También hay aumentos a futuro, tal el caso de los servicios públicos, retrasado por motivos políticos y subsidiados desde el estado, que en 2008 tendrán una actualización.

Es posible que la crisis monetaria se produzca en el 2008, año en que la economía doméstica también podría recalentarse, por eso circula entre analistas políticos y sectores opositores al Gobierno, pero bien informados, que quizás Kirchner –Néstor o Cristina- no sean de la partida del 2007.

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